sábado, 13 de octubre de 2007

EL JABEQUE

A falta de algunos detalles que iré completando poco a poco, el Jabeque Lam taraa, está acabado.


Creo que las fotos hablan mejor que yo del "producto acabado", así que sin más, doy paso al reportaje fotográfico.
Espero vuestros comentarios, a fin de que el modelo final podamos hacerlo lo más fiel posible a la realidad.
Gracias a todos

La banderas

Os muestro las banderas, gallardetes y pendones que llevará el jabeque.


La bandera grande, la verde, es la de la armada turca. ¡Ojo! no confundir con la del imperio turco que es roja y con una estrella de ocho puntas.


El pendón es el de la ciudad de Argel, obsérvese que en el escudo hay un jabeque, bonita referencia.


Y el guión es el de los otomanos, familia que gobernó el imperio turco hasta 1923. Desde 1200 y pico.

LAS VELAS

Bien he procurado hacer un paso a paso de la confección de las velas.

Lo primero ha sido encontrar tela de algodón a rayas con el grueso y colores que quería. Pero eso lo veremos conforme las vaya montando.

Ahora vamos con las velas.

Lo primero es hacerse con papel unos patrones de cada vela, a fin de ajustarla lo mejor posible al modelo.





Luego hay que recortar cada una de las velas de acuerdo a cada patrón.



Ahora hay que coser caja faja de tela a fin de simular las bandas con que está hecha una vela real. Aunque los anchos estándares son de 50 o 60 cm, dado que es un barco turco y que a mi me va bien, las bandas son algo más estrechas.



Una vez cosidas tobas la franjas, procedemos a coser los ribetes, en este caso he escogido una cinta de rebordear blanca, de las que se conocen en mercería como cinta al bies. No he utilizado la misma tela por la cuestión de las bandas de color.

Los ribetes los he cosido utilizando un punto en zig-zag.



Ahora procedemos a colocar la religa, cosa que hacemos utilizando un punto en zig-zag más ancho, ya que la propia máquina al estirar lo ajusta.

Se aprovecha para ir conformando las gazas de cada puño.



Una vez acabadas, se comprueba que ajusten bien proponiéndolas a los patrones de papel.



Finalmente las tratamos con una infusión de café, para quitarles el color blanco brillante.